En 1761 Catalina viaja a Rusia y se convierte en Emperatriz al casarse con el Emperador de Rusia, Pedro. Con la esperanza de casarse con un gran amor, Catalina pronto se da cuenta de que Pedro es un mocoso egoísta que se opone a todo lo que ella valora. Catalina se siente perdida y desesperanzada llegando al borde del suicidio cuando su sirviente, Marial, le hará ver que existe un camino alternativo: derrocar a Pedro.
En 1761 Catalina viaja a Rusia y se convierte en Emperatriz al casarse con el Emperador de Rusia, Pedro. Con la esperanza de casarse con un gran amor, Catalina pronto se da cuenta de que Pedro es un mocoso egoísta que se opone a todo lo que ella valora. Catalina se siente perdida y desesperanzada llegando al borde del suicidio cuando su sirviente, Marial, le hará ver que existe un camino alternativo: derrocar a Pedro.
Catalina da sus primeros pasos para dar un golpe de estado. Siguiendo el consejo de Marial, intenta seducir y reclutar al Conde Orlo, el intelectual de palacio. Resulta un desastre. Sin embargo, después de ver el trato brutal de Pedro a los nobles locales y su falta de voluntad para escuchar, decide unirse al golpe de Catalina.
Catalina da sus primeros pasos para dar un golpe de estado. Siguiendo el consejo de Marial, intenta seducir y reclutar al Conde Orlo, el intelectual de palacio. Resulta un desastre. Sin embargo, después de ver el trato brutal de Pedro a los nobles locales y su falta de voluntad para escuchar, decide unirse al golpe de Catalina.
Catalina, Orlo y Marial continúan con su plan de dar un golpe de estado. Intentaran reclutar para su causa a un general militar que no se le ve muy feliz, Velementov, durante las celebraciones que tendrán lugar en palacio en honor al difunto padre de Pedro, Pedro el Grande. Pedro, al percatarse de la infelicidad de Catalina en la corte decide regalarle un amante estéril, Leo. Ella duda al principio, pero Leo se las arregla para encandilarla.
Catalina, Orlo y Marial continúan con su plan de dar un golpe de estado. Intentaran reclutar para su causa a un general militar que no se le ve muy feliz, Velementov, durante las celebraciones que tendrán lugar en palacio en honor al difunto padre de Pedro, Pedro el Grande. Pedro, al percatarse de la infelicidad de Catalina en la corte decide regalarle un amante estéril, Leo. Ella duda al principio, pero Leo se las arregla para encandilarla.